k2Rey. 18:7
y2Crón. 32:18
adPrv. 5:15
bw2Rey. 15:29; 16:9; 17:6, 24; 1Crón. 5:26
coDt. 11:10; 1Rey. 20:10
dq2Rey. 20:6
dr2Rey. 19:35
dw2Crón. 32:24
ek2Rey. 20:9-11

Isaiah 36:2-22

2El rey de Asiria envió desde Laquis a Jerusalén, al Rabsaces
I.e. copero mayor.
con un gran
Lit. pesado.
ejército, contra el rey Ezequías. Y se colocó junto al acueducto del estanque superior que está en la calzada del campo del Batanero
O del Lavandero.
,
d.
3Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías e, mayordomo de
O que estaba sobre.
la casa real, el escriba Sebna g y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a recibirlo.

4Y el Rabsaces les dijo: «Digan ahora a Ezequías: “Así dice el gran rey, el rey de Asiria: ‘¿Qué confianza es esta que tú tienes
Lit. en que confías.
?
5’Yo digo
Los M.M.M., otros mss. y 2Rey. 18:20 dicen: Tú dices.
: “Tu consejo y poderío para la guerra solo son palabras vacías
Lit. palabra de los labios.
”. Ahora pues, ¿en quién confías que te has rebelado contra mí k?
6’Yo sé que tú confías en el báculo de esta caña quebrada, es decir, en Egipto, en el cual, si un hombre se apoya, penetrará en su mano
Lit. palma.
y la traspasará. Así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él m.
7’Pero si me dicen: “Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios”, ¿no es Él aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado n y ha dicho a Judá y a Jerusalén: “Adoren delante de este altar”?

8’Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo
Lit. intercambies promesas.
con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré 2,000 caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos.
9’¿Cómo, pues, puedes rechazar a
Lit. volver el rostro de.
un oficial
O gobernador.
de los menores de los siervos de mi señor, y confiar
Lit. confiar para ti mismo.
en Egipto para tener carros y hombres de a caballo s?
10’¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor contra esta tierra para destruirla? El Señor me dijo t: “Sube contra esta tierra y destrúyela”’”».

11Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: «Le rogamos que usted hable a sus siervos en arameo u porque nosotros lo entendemos
Lit. oímos.
, y no nos hable en la lengua de Judá
Lit. judío; i.e. Hebreo; y así en el vers. 13.
,
x a oídos del pueblo que está sobre la muralla».
12Pero el Rabsaces dijo: «¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras solo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con ustedes?».

13El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá y: «Escuchen las palabras del gran rey, el rey de Asiria. 14»Así dice el rey: “Que no los engañe z Ezequías, porque él no los podrá librar. 15”Que tampoco Ezequías los haga confiar en el Señor, diciendo: ‘Ciertamente el Señor nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria aa’. 16”No escuchen a Ezequías”, porque así dice el rey de Asiria: “Hagan la paz conmigo
Lit. Hagan conmigo una bendición.
y salgan a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera ac, y beba cada cual de las aguas de su cisterna ad,
17hasta que yo venga y los lleve a una tierra como su tierra, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas. 18Cuidado, no sea que Ezequías los engañe, diciendo: ‘El Señor nos librará ae’. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 19”¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad af? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim ag? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria ah de mi mano? 20”¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han librado su tierra de mi mano ai, para que el Señor aj libre a Jerusalén de mi mano?”».

21Pero ellos se quedaron callados y no le respondieron palabra alguna ak; porque el rey había dado un mandato al pueblo diciéndole: «No le respondan». 22Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías al, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna am y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.

Isaiah 37

Capítulo 37

Ezequías y el profeta Isaías

1 anCuando el rey Ezequías oyó esto rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del Señor. 2Entonces envío a Eliaquim ao, mayordomo de la casa real, con el escriba Sebna ap y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz aq. 3Y ellos le dijeron: «Así dice Ezequías: “Este día es día de angustia ar, de reprensión y de desprecio, pues hijos están para nacer
Lit. saliendo de la matriz.
, pero no hay fuerzas para dar a luz at.
4”Tal vez el Señor tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo au, y lo reprenderá por las palabras que el Señor tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda av”».

5Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías, 6este
Lit. Isaías.
les dijo: «Así dirán a su señor: “Así dice el Señor: ‘No temas por las palabras que has oído ax, con las que los siervos del rey de Asiria me han blasfemado.
7’Voy a poner en él un espíritu, oirá ay un rumor y se volverá a su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada az’”».

8Entonces el Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria peleando contra Libna ba, pues había oído que el rey había partido de Laquis bb. 9Y les oyó
Lit. oyendo.
,
bd decir acerca de Tirhaca, rey de Cus
O Etiopía.
,
bf: «Ha salido a pelear contra ti», y cuando lo oyó, Senaquerib envió mensajeros a Ezequías, diciendo:
10«Así dirán a Ezequías, rey de Judá
Lit. Judá, diciendo.
: “No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria bh’.
11”Tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las naciones
Lit. tierras.
, destruyéndolas por completo bj, ¿y serás tú librado?
12”¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron, es decir, Gozán bk, Harán bl, Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13”¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?”».

14Entonces Ezequías tomó la carta
Lit. las cartas.
de mano de los mensajeros y la leyó. Después subió a la casa del Señor y
Lit. y Ezequías.
la extendió delante del Señor.
15Y Ezequías oró al Señor, y dijo: 16«Oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que estás
Lit. estás sentado.
sobre los querubines bp, solo Tú eres Dios bq de todos los reinos de la tierra br. Tú hiciste los cielos y la tierra bs.
17»Inclina, oh Señor, Tu oído y escucha; abre, oh Señor, Tus ojos y mira bt; escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo bu.

18»En verdad, oh Señor, los reyes de Asiria han asolado todas las naciones
Lit. tierras.
y sus tierras bw,
19y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre bx, de madera y piedra; por eso los han destruido by. 20»Y ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de su mano bz para que todos los reinos de la tierra sepan que solo Tú, oh Señor, eres Dios
Así en los M.M.M. y en 2Rey. 19:19; el T.M. no incluye, Dios.
,
cb».

21Entonces Isaías, hijo de Amoz cc, envió a decir a Ezequías: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Por cuanto me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria, 22esta es la palabra que el Señor ha hablado contra él:

‘Te ha despreciado y se ha burlado de ti

La virgen hija de Sión cd;

Ha movido la cabeza ce a tus espaldas

La hija de Jerusalén.
23’¿A quién has injuriado y blasfemado cf?

¿Y contra quién has alzado la voz

Y levantado con orgullo
Lit. en alto.
tus ojos ch?

¡Contra el Santo de Israel ci!
24’Por mano de tus siervos has injuriado al Señor,

Y has dicho: “Con mis numerosos carros

Yo subí a las cumbres de los montes,

A las partes más lejanas del Líbano,

Y corté
Así en la versión gr. (sept.); en el T.M., cortaré.
sus altos cedros y sus mejores cipreses ck.

Iré a su más alta
Lit. lejana.
cima, a su más frondoso bosque cm.
25”Yo cavé pozos y bebí aguas,

Y sequé con la planta de mis pies

Todos los ríos de Egipto
O del lugar sitiado.
,
co”.
26’¿No has oído cp?

Hace mucho tiempo que lo hice,

Desde la antigüedad lo había planeado cq.

Ahora he hecho que suceda,

Para que conviertas las ciudades fortificadas

En montones de ruinas cr.
27’Sus habitantes, faltos de fuerzas
Lit. de manos débiles.
,

Fueron desalentados y humillados.

Vinieron a ser como la vegetación del campo

Y como la hierba verde ct,

Como la hierba en los techos que se quema
Así en los M.M.M. y en 2Rey. 19:26; en el T.M., y como campo arado.


Antes de que haya crecido cv.
28’Pero conozco tu sentarte,

Tu salir y tu entrar,

Y tu furor contra Mí cw.
29’A causa de tu furor contra Mí,

Y porque tu arrogancia
Lit. complacencia.
,
cy ha subido hasta Mis oídos,

Pondré, pues, Mi garfio cz en tu nariz

Y Mi freno da en tu boca
Lit. tus labios.
,

Y te haré volver por el camino por donde viniste dc.

30’Entonces esta será la señal para ti, Ezequías: Este año ustedes comerán
Lit. comiendo.
lo que crezca espontáneamente; el segundo año lo que nazca de por sí de, y en el tercer año siembren, sieguen, planten viñas y coman su fruto.
31’El remanente df de la casa de Judá que se salve dg, echará de nuevo raíces por debajo y dará fruto por arriba dh. 32’Porque de Jerusalén saldrá un remanente di, y del monte Sión sobrevivientes
Lit. los que escapan.
. El celo dk del Señor de los ejércitos dl hará esto’”».

33«Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: “Él no entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra ella dm. 34”Por el camino que vino, por él se volverá dn, y no entrará en esta ciudad”, declara el Señor. 35“Porque defenderé esta ciudad do para salvarla por amor a Mí mismo dp y por amor a Mi siervo David dq”».

Muerte de Senaquerib

36Y salió el ángel del Señor e hirió a 185,000 en el campamento de los asirios. Cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres dr. 37Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su tierra, y habitó en Nínive ds. 38Y mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat dt. Y su hijo Esar Hadón du reinó en su lugar.

Isaiah 38:1-8

Capítulo 38

Enfermedad y curación de Ezequías

1 dvEn aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte dw. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz dx, y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir dy y no vivirás”». 2Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor: 3«Te ruego, oh Señor, que te acuerdes dz ahora de cómo yo he andado delante de Ti en verdad ea y con corazón íntegro eb, y he hecho lo bueno ante Tus ojos ec». Y Ezequías lloró amargamente
Lit. gran llanto.
,
ee.

4Entonces la palabra del Señor vino a Isaías: 5«Ve y dile a Ezequías: “Así dice el Señor, Dios de tu padre David: ‘He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; voy a añadir quince años ef a tus días. 6’Y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano
Lit. palma.
del rey de Asiria, y defenderé esta ciudad eh’”».
7Esta será para ti la señal ei del Señor, de que el Señor hará lo que ha dicho: 8«Haré que la sombra que ha descendido con el sol en las gradas de Acaz, vuelva atrás diez grados
O gradas.
,
ek». Y la sombra del sol retrocedió diez grados
O gradas.
en las gradas por las que había descendido em.

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